Capítulo 16
Gunnar Hlifsson vivió en Ornólfsdal, y él construyó bien el lugar. Estaba con su rebaño la pastura de verano, y había siempre pocos hombres en la granja. Su hija Jófrið tenía una tienda afuera, porque ella pensaba que eso era más divertido. Un día ocurrió que Thórod, el hijo de Tungu-Odd, fue cabalgó a Thverárhli. En su camino llegó a Ornólfsdal y entró en la tienda para ver a Jófrið. Ella le saludó bien. Él se sentó cerca de ella y comenzaron a charlar.
Justo entonces un muchacho vino del repasto y le preguntó a Jófrið que le ayuda a juntar los fardos de los caballos. Thórod tuvo éxito y llevó los fardos; Luego el muchacho se fue y regresó al rebaño. Gunnar le preguntó cómo pudo terminar tan rápidamente. El muchacho no contestó.
¿Gunnar preguntó, vio usted cualquier cosa de la que debería saber?
De ningún modo. Dijo.
No, dijo Gunnar, puedo decir todo por su cara que usted tiene algo que decirme. Si es así, hable. ¿Tal vez algún hombre ha llegado a la granja?
No vi a alguien venir, dijo el niño.
Dígame lo que sucedió, Gunnar dijo, y agarró una vara grande e iba a darle una paliza al niño, pero él no obtuvo nada más de lo que había conseguido antes.
Luego Gunnar buscó a su caballo, brincando a horcajadas, y se alejó velozmente cabalgando a lo largo de la ladera hacia la casa de invierno. Jófrið vio llegar a su padre y le dijo a Thórod, pidiéndole que se aleje a caballo.
No quiero que nada malo ocurra por mí, ella dijo.
Thórod dijo que él saldría de inmediato. Gunnar subió rápidamente; saltó de su caballo y fue directo a la tienda de campaña. Thórod le saludó bien. Gunnar devolvió el saludo, luego preguntó por qué Thórod había ido allí.
Thórod dijo que él sólo estaba de paso, y agregó, no tengo el deseo de hacer algo para oponerme a usted, pero me gustaría saber lo que diría si pido la mano de su hija Jófrið.
Gunnar dijo, no le daré a mi hija en matrimonio después de lo ocurrido. De cualquier manera, por algún tiempo hemos tenido desavenencias mutuas.
Luego Thórod montó a casa.
Gunnar Hlifsson vivió en Ornólfsdal, y él construyó bien el lugar. Estaba con su rebaño la pastura de verano, y había siempre pocos hombres en la granja. Su hija Jófrið tenía una tienda afuera, porque ella pensaba que eso era más divertido. Un día ocurrió que Thórod, el hijo de Tungu-Odd, fue cabalgó a Thverárhli. En su camino llegó a Ornólfsdal y entró en la tienda para ver a Jófrið. Ella le saludó bien. Él se sentó cerca de ella y comenzaron a charlar.
Justo entonces un muchacho vino del repasto y le preguntó a Jófrið que le ayuda a juntar los fardos de los caballos. Thórod tuvo éxito y llevó los fardos; Luego el muchacho se fue y regresó al rebaño. Gunnar le preguntó cómo pudo terminar tan rápidamente. El muchacho no contestó.
¿Gunnar preguntó, vio usted cualquier cosa de la que debería saber?
De ningún modo. Dijo.
No, dijo Gunnar, puedo decir todo por su cara que usted tiene algo que decirme. Si es así, hable. ¿Tal vez algún hombre ha llegado a la granja?
No vi a alguien venir, dijo el niño.
Dígame lo que sucedió, Gunnar dijo, y agarró una vara grande e iba a darle una paliza al niño, pero él no obtuvo nada más de lo que había conseguido antes.
Luego Gunnar buscó a su caballo, brincando a horcajadas, y se alejó velozmente cabalgando a lo largo de la ladera hacia la casa de invierno. Jófrið vio llegar a su padre y le dijo a Thórod, pidiéndole que se aleje a caballo.
No quiero que nada malo ocurra por mí, ella dijo.
Thórod dijo que él saldría de inmediato. Gunnar subió rápidamente; saltó de su caballo y fue directo a la tienda de campaña. Thórod le saludó bien. Gunnar devolvió el saludo, luego preguntó por qué Thórod había ido allí.
Thórod dijo que él sólo estaba de paso, y agregó, no tengo el deseo de hacer algo para oponerme a usted, pero me gustaría saber lo que diría si pido la mano de su hija Jófrið.
Gunnar dijo, no le daré a mi hija en matrimonio después de lo ocurrido. De cualquier manera, por algún tiempo hemos tenido desavenencias mutuas.
Luego Thórod montó a casa.
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