La primitiva poesía anglosajona

GEORGE SAINTSBURY

ANTIGUO PROFESOR DE RETÓRICA Y LITERATURA INGLESA EN LA UNIVERSIDAD DE EDIMBURGO






HISTORIA
DE LA LITERATURA
INGLESA

TOMO I

DESDE LOS ORÍGENES HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

Traducción directa de

JOSÉ ROVIRA ARMEGOL


EDITORIAL LOSADA, S. A.
BUENOS AIRES

Título del original inglés:
A STORY OF ENGLISH LITERATURE

Queda hecho el depósito que
previene la ley núm. 11.723

Copyright by Editorial Losada, S.A.

Buenos Aires, 1957


“BUT IT NEEDS HAPPY MOMENTS
FOR THIS SKILL”.

The Scholar Gipsy


LIBRO I

LOS PRELIMINARES
DE LA LITERATURA INGLESA

CAPÍTULO I

LA PRIMITIVA POESÍA ANGLOSAJONA

WIDSITH – BEOWULF – WALDHERE Y LA FIGHT AT FINNSBURG – DEOR



El documento más antiguo con algún posible título de autenticidad para ser considerado como literatura inglesa 1 – en todo caso, una literatura inglesa en ciernes y bien distante de la perfección-, es el poema que suele conocerse con la denominación de Widsith, por ser ésta la palabra con que comienza, palabra que algunos han tomado como nombre propio2, mientras otros ven simplemente en ella la designación de una rapsoda “muy viajando” [que había viajado a países lejanos], que se refiere en ella su viaje en 143 versos nada notables en cuanto a belleza literaria, e interesantes únicamente como esbozo de las ventajas y azares de la vida de un ministril en la Época de la Oscuridad si no fuese por los nombres propios que aparecen en los distintos pasajes de la obra. No pocos de ellos salen, o parecen salir, en otras poesías primitivas, por lo que interesan en calidad de “pasajes paralelos”. Pero tres son, o parecen ser, los de personas perfectamente conocidas por la Historia: Eormanrico o Hermanrico3, rey de los godos; Aetla o Atila, el Azote de Dios y rey de los hunos, y , por último, un tal Aewilno, al que algunos identifican con Alboíno o Albovino, rey de los lombardos, marido, denostador y víctima de Rosmunda. Naturalmente, resulta evidente desde el principio que aunque no sea imposible que la misma persona haya sido coetánea de Hermanrico, fallecido en 375, y de Atila, que murió en 453, ningún coetáneo de ellos pudo presenciar los días de Alboíno, que experimentó la venganza de su mujer en 572. Por consiguiente Aewilno debe ser un personaje distinto o el poema resulta sospechoso. En esta obra no vamos a detenernos en esas discusiones, salvo que haya alguna razón de peso que afecte al carácter puramente literario de la obra en cuestión, circunstancia que no se da en este caso. Nos limitaremos a decir que si Eormanrico es el Hermanrico conocido por la historia, y si “Widsith” vivió en su tiempo, este documento se remonta a los confines del siglo IV, época en que ningún otro lenguaje moderno puede exhibir pruebas de haber tenido siquiera la más rudimentaria existencia.
El manuscrito, el famoso Exeter Book4 de Gehwilcum ingum [cosas de clases], que el obispo Leofrico donó a su catedral unos 700 años después de los tiempos de Hermanrico, y que sigue aún en ella, no había de darnos por supuesto, la forma original de la “palabra oculta” de la que en su primer verso5 nos ofrece la interpretación el Muy Viajado. Sin embargo presenta un lenguaje realmente muy alejado del inglés en apariencia (aunque la misma palabra “word- hord”, que aparece en el texto difiera solamente de la inglesa actual “word-hoard” en una sola letra en aquél omitida, siendo , por tanto, el alejamiento más aparente que real), y diferente también del sajón antiguo del continente, y del islandés, sus más próximos parientes, vecinos y coetáneos. Este lenguaje- cosa más importante para la literatura- está dispuesto, o puede serlo, en versos de longitud no absolutamente regular, sin obedecer a ninguna ley de ritmo que aparentemente se asemeje a las de alguna prosodia moderna o clásica, salvo que presenta una especie de eco lejano de cadencia trocaica y que los versos se aproximan al octosílabo ordinario o dímetro, más que a cualquier otra forma. No hay rima, pues aunque en modo alguno pueda decirse que constituya una rareza que dos o más versos adyacentes terminen con la misma sílaba, se trata en este caso de una sílaba en la que la voz no carga la tensión. No hay consonancia, ni siquiera hay asonancia: el precedente inmediato de la rima propiamente dicha en la mayoría de las lenguas románicas. En cambio hay un sistema de aliteración muy curioso (aunque en el Widsth sea inseguro e irregular), en virtud del cual ciertas palabras (a menudo aunque bien lejos de poder decir que siempre: dos en la primera mitad del verso y otraen la última) comienzan, bien con la misma consonante, bien con una vocal. Y, además, suelen estar dispuestas de suerte que el acento tensión, longitud o como se quiera llamarlo, caiga en estas sílabas aliteradas, independientemente de si también cae o no en otras 6. En cuanto las características puramente literarias, la índole de la pieza, que como dijimos, es poco más que un catálogo de nombres, dice bien poca cosa. Sin embargo, algunos críticos dotados de buena fantasía, descubrieron en ella esa predilección por los viajes, genuinamente inglesa, enm que se han distinguido tantas personas de nuestra raza – exactamente igual que otras, como Ulises y Simbad, que difícilmente podrían ser consideradas inglesas.

Aparecen en el Widsith algunos nombres – Heorot, Hrothgar y otros- que hasta ese punto enlazan el poema con otro de mucha mayor extensión, interés y valor, aunque decididamente más reciente si hemos de atribuir a cada uno de ellos la fecha más antigua a que de una modo razonable pueden aspirar. Es el famoso Beowulf, en opinión de algunos el primero en el catálogo de poemas substantivos y notables escritos en inglés, empleando esa palabra en el sentido más lato, y en opinión de cuantos se han tomado la molestia (reducida actualmente a la mínima expresión gracias al auxilio de los eruditos, a condición de que se quiera hacer uso de él y aceptar sus alambicaciones) de familiarizarse con él, una saga de indudable antigüedad, originalidad e interés. Adoptando el mismo sistema que hemos seguido en el caso de Widsith (el de elegir el nombre histórico más antiguo susceptible de ser identificado razonablemente con los que aparecen en el poema), el Beowulf, a juzgar por el asunto, sería de la segunda década del siglo VI, de 520 o un poco antes, época en que un tal Chochilaicus, personaje francamente histórico, devastó las costas de Frisia, según el testimonio de Gregorio de Torus. Se dan buenas razones para identificar a este Chochilaicus con Hygelac del poema. pero más allá de eso no se pisa ya terreno firme, pues las hipótesis de los eruditos (quizás sería mejor decir de los eruditos hipotéticos) anduvieron desorientadas durante la mayor parte de un siglo acerca de la fecha, escena, sentido y composición de la pieza: si fue traído de Jutlandia por los sajones invasores y anglificado o bien compuesto en la misma Inglaterra; si e lugar en que se desarrolla son las costas orientales u occidentales del mar del Norte; si es un poema continuo o una sarta de romances; si se trata de una verdadera historia poéticamente embellecida, de una narración inventada o de un mito- todas estas cuestiones han sido planteadas con meticulosidad y todas las soluciones descartadas con el desdén corriente, si no invariable, propios de tales casos -. No nos queda sino añadir que la fecha, de la cual se admite que es incierta, es un asunto que carece de importancia; la cuestión “¿historia, ficción o mito?” no es de la que aquí tratamos; y que a pesar de que alguien haya tenido el valor suficiente para pronunciarse con seguridad en el sentido de que la acción se desarrolla en Nortumbria, siendo inconcebible en otro lugar7 , el autor se ve con ánimos para encontrar veinte regiones costeras en Inglaterra que encajen perfectamente en el poema, y tiene la impresión de que podrían ser veinte veces veinte y mucho más.
Para el que estudia la literatura dispuesto a prescindir de lo superfluo, el Beowulf se presenta de un modo que puede ser compendiado como sigue: Es un poema de menos de 3.200 versos, que necesariamente debe ser muy antiguo y que por razones que vamos a mencionar en seguida, en su forma original es probablemente tan antiguo o más que todo lo que no sea la primera invasión de Bretaña por los sajones. La historia de su único manuscrito 8, aunque demasiado larga para reproducirla aquí en detalle, acrecienta su interés. Es porción de uno (Vitellius A. XV) de aquellos famosos tesoros de Sir Robert Cotton´s, que constituyen casi la parte más valiosa de la Biblioteca del Museo Británico, y uno de los pocos que se salvaron cuando el incendio de 1731. No se sabe de dónde vino, y aunque fue catalogado por Humphrey Wanley un cuarto de siglo antes del incendio, ese erudito se equivocó en cuanto a su asunto. y por ello no fue directamente objeto de la atención que a la sazón se consagraba aún a la literatura anglosajona (aunque luego disminuyó durante la mayor parte del siglo).
Su presunta relación con Dinamarca, consignada en la descripción de Wanley, llamó hacia él la atención del culto islandés Thorkelin, y tras vicisitudes, su versión apareció en 1815, habiendo sido desde entonces reiterada veces publicado y traducido. Mientras tanto el manuscrito había ido de mal en peor desde el incendio, y las opiniones que se habían ido formando a base de comentarios de las ediciones, habían acrecentado cada vez más las cosas superfluas. Una de as pocas opiniones, sino hechos positivos, que merezca aún ser conservada como segura, es que en su forma actual el manuscrito no es anterior probablemente al siglo X, y que en esa época el poema había sufrido diversos cambios de forma y dialecto. Otro hecho de primer orden en lo literario es que los principales episodios de su primera parte aparecen también de modo más curioso en una de las cinco grandes sagas de Islandia: La Saga de Grettir el Fuerte 9.
En cuanto a su asunto, hay, como es muy frecuente en los pomas de su índole, una especie de prólogo genealógico en que existe una confución de Beowulfos. La acción propiamente dicha no comienza hasta el verso ciento aproximadamente, cuando se nos describe la felicidad de Hrothgar, un rey cuya corte está en Heorot, y la destrucción de esa felicidad por un monstruo llamado Grendel que de noche penetra en el palacio y destroza a los compañeros del rey. Así siguen las cosas durante 12 años.















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