La Saga Longobarda



LA SAGA MIGRATORIA LONGOBARDA - TEUTONIC MITHOLOGY- RYDVERG- TRADUCIDO AL ESPAÑOL POR SVERD-
Lo que todavía perdura de las sagas migratorias de la edad media, es tomado de los tesoros de las sagas de los mismísimos teutones. Entre los francos, la corriente de tradiciones nacionales se agotó tempranamente, por lo menos para la cultura latina. Entre los Longobardos fue mejor, a ellos el cristianismo les fue impuesto más tarde, sin contar la historia romana que aparece en el primer siglo después de Cristo, cuando Tiberius invadió sus límites. Tacitus habla de ellos con admiración, como gente pequeña y en reducidos números, que balanceados por su unidad y virtudes guerreras, se hicieron fuertes en medio de las tribus numerosas y poderosas que los circundaban. Los Longobardos moraron en aquella época en la parte norte de Alemania, en el bajo Elbe, probablemente en Luneburgo.
Quinientos años más tarde los encontramos como gobernantes en Pannonia, desde dónde invaden Italia. Entonces habían sido convertidos al cristianismo, cientos años después de que se habían asentado en el norte de Italia, uno de sus eruditos latinos escribió un pequeño tratado, "De Origine Longobardorum", que comienza de la manera siguiente: ¡"En el nombre de nuestro señor Jesús Cristo! Aquí comienza la más vieja historia de nuestra gente de Longobarda. Hay una isla llamada Skadan, lejos en el norte. Allí vivió mucha gente, entre ella estaba una pequeña gente llamada Vinnilians, y entre los Vinnilians había una mujer llamada Gambara. Gambara tenía dos hijos: un por nombre Ibor, el otro llamado Ajo. Entonces Frigg dio el consejo que los Vinnilians deberían presenciar el amanecer, y que deben acompañar a sus maridos, arreglando sus cabellos, de modo que cuelgue como una barba debajo de sus barbillas. Cuando el cielo se despejó y el sol estaba a punto de levantarse, Frigg, esposa de Odin, fue al sofá donde su marido dormía y dirigió su cara al este (donde los Vinnilians estaban parados), y entonces ella lo despertó. Y como él miraba para arriba, vio a los Vinnilians, y observó el pelo colgando abajo de las caras de sus mujeres. Y entonces dijo él:"¿Quienes son estos barbas largas?" Frigg entonces dijo a Odin: "Mi señor, como usted ahora los ha nombrado, usted debe también darles la victoria" Y él les dio la victoria, de modo que, de acuerdo con su resolución, se defenderían bien, y conseguirían la mano superior. A partir de ese día los Vinnilians fueron llamados Longobardos, es decir, los barbas largas. Después los Longobardos salieron de su país y fueron a Golaida. Allí ocuparon Aldonus, Anthaib, Bainaib, y Burgundaib." En los días de Carlomagno, los Longobardos consiguieron a un historiador llamado Paulus Diaconus, monje del convento Monte Cassino, él era un Longobardo por nacimiento. De la historia temprana de su gente, él relata lo siguiente: Los Vinnilians o Longobardos, que gobernaron con éxito en Italia, son de descendencia teutona y vinieron originalmente de la isla de Escandinavia. Entonces él dijo que había hablado con las personas que habían estado en Escandinavia, y de sus informes él da algunos hechos, de los cuales es evidente que sus informantes hacen referencia a Scania, con su extensa costa de bajas tierras y aguas. Continúa diciendo: "cuando la población en esta isla haya aumentado más allá de la capacidad de esta para mantenerlos, se dividieron en tres partes, y fue determinada por sorteo la parte debería emigrar de la tierra nativa, en pos de nuevos hogares. El grupo cuyo destino fue salir de su tierra nativa eligió como sus líderes a los hermanos Ibor y Ajo, que estaban en la cumbre de su juventud y eran distinguidos sobre el resto. Entonces dijeron adiós a sus amigos y a su país, para a buscar una tierra en la cual establecerse. La confianza puesta en Gambara (que era distinguida entre su gente por su comprensión afilada, sus duros consejos) fue puesta en duda ante tan difíciles circunstancias." Paulus hace una digresión para discutir muchas cosas notables que se verán en Escandinavia: las noches ligeras del verano, las noches largas del invierno, un violento remolino que en su vortex tragara y escupirá sus copas, un animal semejante a un ciervo cazado por los vecinos de los escandinavos, el Scritobinians (el Skee * el Finns), y una cueva en una roca donde siete hombres en ropas romanas han dormido por siglos (véase Nº 79-81, y Nº 94). Después él relata que los Vinnilians salidos de Escandinavia fueron a un país llamado Scoringia, y allí fue donde lucharon la batalla antedicha, en la cual gracias a la ayuda de Frigg, los Vinnilians conquistaron a los Vandals, que exigieron tributo de ellos. La historia entonces se cuenta cómo ocurrió, y cómo los Vinnilians pasaron a llamarse Longobardos, conocidos de una manera que corresponde con la fuente ya acotada, con la adición, de que era común que Odin cuando despertaba mirase por la ventana, que estaba abierta, al este, hacia el sol del amanecer. * El nieve-patín, usado tan extensivamente en el norte de Europa, se llama Ski para los nórdicos, y me he tomado la libertad de introducir esta palabra aquí y de deletrearla fonéticamente. Las palabras nieve-zapatos y nieve-patines, describen apenas estos skees usados por los Finns, los Norsernen, y los Icelanders. Paulus Diaconus encuentra esta folk-saga Longobarda absurda, no en sí mismo, sino porque Odin era, en primer lugar, un hombre, no dios. En segundo lugar, Odin no vivió entre los teutones, sino entre los griegos, porque él es igual al que es llamado Mercurio por los romanos. En tercer lugar, el Odin-Mercurio no vivió cuando los Longobardos emigraron de Escandinavia, sino mucho antes. Según Paulus, había solamente cinco generaciones entre la emigración de los Longobardos y la época de Odoacer. Así encontramos en Paulus Diaconus ideas en vista de un Odin-Mercurio a el cual ya ha llamado la atención. Paulus relaciona con eso las aventuras que sucedieron a los Longobardos después de la batalla con los Vandals. Referiré a estas aventuras más adelante, pertenecen a la mitología teutona y reaparecen en fuentes míticas (véase No. 112) pero en una forma más original, y como los acontecimientos que ocurrieron en el principio del tiempo de conflicto entre los Aesir y los Vanir por un lado, y seres más bajos por otra parte; bajos, sin duda, pero inevitables en la conexión con el bienestar de la naturaleza y del hombre, este conflicto dio lugar a un invierno terrible y a una hambruna en todo el norte. En esta descripción mitológica encontraremos a Ajo(Aion) e Ibor, que gobernaban a los Longobardos que emigraron, y Hengist, que dirigía a los sajones desembarcados en Gran Bretaña. Es apropiado demostrar de qué forma la historia sobre la emigración de los Longobardos había asumido hacia fines del siglo 12 en las escrituras del historiador danés Saxo Grammaticus. La emigración ocurrió, en un momento en que el rey danés, por nombre Snö gobernaba, allí estaba ocurriendo una hambruna terrible. Primero, esa hambruna dio por resultado la muerte de todos los niños y ancianos, pero este terrible resultado no tuvo lugar gracias a una mujer buena y sabia, llamada Gambaruc, que aconsejó que emigrara una parte de la gente. Esta fue realizada bajo la dirección de sus hijos Aggo y Ebbo. Estos vinieron primero a Blekingia (Blekinge), después navegaron más allá de Moringia (Möre) y fueron a Gutland, donde tenían una competencia con los Vandals y, con la ayuda de la diosa Frigg obtuvieron la victoria, consiguiendo así el nombre de Longobardos. De Gutland navegaron a Rugen, y por consecuente al continente alemán, así después de muchas aventuras, se volvieron amos de una gran parte de Italia. En vista de este relato se debe remarcar que aunque contiene muchos detalles no encontrados en Paulus Diaconus, es la misma narrativa que ha llegado al conocimiento de Saxo. Saxo también admite y abroga al testimonio de Paulus Diaconus. Gambara de Paulus es Gambaruc de Saxo; Ajo e Ibor son Aggo y Ebbo. Pero el monje de los Longobardos no es la única fuente Sajona, conocían a los hermanos Aggo y Ebbo de fuentes puramente norteñas, aunque no como líderes de los Longobardos, sino como personajes míticos que son agentes en el gran invierno del que hablan los Sajones. Las sagas de la emigración Longobarda, la encontramos registrada en el séptimo siglo, en la época de Carlomagno, contiene evidencia interna e inequívoca de ser tomada de las propias tradiciones de la gente. La prueba de esto es la circunstancia, aunque los Longobardos habían sido cristianos por casi 200 años, cuando apareció el pequeño libro De Origine Longobardorum, aún las largamente olvidadas divinidades, Odin y Frigg, reaparecen y participan en los acontecimientos, no como hombres, sino como seres divinos de una manera que correspondía exactamente con las historias registradas en el norte. Referente a las relaciones entre Odin y su esposa, aunque esta relación era buena, juzgando por expresiones en los poemas paganos del norte (Völusp., 51; Vafthr., 1-4), aunque la reina del cielo Frigg parece haber sido una buena madre en la creencia de los Teutones, esto no obstaculiza que la representen como persona ingeniosa, con voluntad en si misma que sabe como llevar adelante. Incluso en la historia de los nórdicos dice cómo Frigg consigue proteger a una persona a la que Odin no puede ayudar; cómo ella y él tienen diversos favoritos entre los hombres, compitiendo uno contra otro para brindarles mayor suerte a sus favoritos. La historia se encuentra en la introducción de la prosa del poema "Grimnismál," una introducción que en más de un aspecto nos recuerda la saga de la emigración Longobarda. En ambos se menciona cómo Odin, desde su vivienda, mira hacia fuera sobre el mundo y observa lo que está sucediendo. Odin tiene un favorito llamado Geirrod. Frigg, por otra parte, protege a su hermano Agnar. El hombre y la esposa encuentran un defecto entre sus protegidos. Frigg comenta sobre Geirrod, que él es príncipe "tacaño con el alimento, dejando con hambre a sus invitados si son demasiados". La historia sigue diciendo que Geirrod, en el comando secreto de Odin, había empujado el barco en el cual Agnar se sentaba lejos de orilla, y que el barco había ido mar adentro con Agnar y no había vuelto. La historia parece una parábola fundada en la saga de los Longobardos, o contada por alguien criado en la raíz de la época cristiana Longobarda. Geirrod es en realidad el nombre de un gigante, y el gigante es en el mito el que trae el granizo y la helada. Él mora en el extremo norte, más allá del mítico Gandvik(Thorsdrapa, 2), y como símbolo mítico del invierno, él corresponde al rey Snö de los Sajones. Su "tacañería del alimento cuando vienen muchos huéspedes" se parece señalar a la carencia de alimento causada por el tiempo desfavorable, que hizo necesario emigraciones cuando el país se superpobló. Agnar, abandonado a las olas del mar, es protegido, como el Longobardo que cruza el mar, por Frigg, su mismo nombre, Agnar, nos recuerda los nombres Aggo, Acho y Agio, siendo Ajo el nombre (de uno de los líderes de los Longobardos), por el cual es conocido. La introducción de la prosa no tiene ninguna conexión con el Grimnismál en sí mismo, en la forma en la cual ahora lo tenemos pertenece a la edad cristiana. Al parecer es de un autor perteneciente a la misma escuela de los que vieron a los gigantes como los habitantes originales de Escandinavia, y dieron vuelta a gigantes del invierno como Jökull, Snær, &c., en reyes históricos de Noruega. El resultado de las narrativas de los Longobardos escritas por los historiadores Longobardos, es que la raza de los Teutones a la cual pertenecieron se consideraban descendientes, no de Troya o de Asia, sino de una isla situada en el océano, que lava las orillas norteñas del continente de los Teutones, es decir, de Alemania.

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