Los Dioses de los Germanos - G. Dúmezil- 6º parte






Continuación...

d] Saxo Gramático, I, 7. Este breve pasaje, que se aclara gracias a los textos de la Völuspá y de Snorri pero no los aclara por su lado, recoge y altera hondamente varios rasgos de la leyenda de la guerra y la reconciliación de los Ases y los Vanes, en particular la estatua de oro (Völ.), la cabeza cortada (Yngl.-s.) y la muerte de Kvasir (Skáldsk.) "Othinus" es también aquí un rey que tiene por capital "Bizancio" pero que gustoso reside apud Upsalam (v. Du mythe au roman, 1970, p. 96 [trad. esp.: Del mito a la novela, 1973, p. 106].

He citado por extenso estos textos ante todo para hacer que el lector se dé cuenta, sobre un ejemplo preciso, del estado _o, mejor, de los estados_ en que nos ha sido trasmitida la mitología escandinava, pero también para que se remita a los textos constantemente durante la discusión que se seguirá.


Fue en 1903, en los Studier ofrecidos a Oscar Montelius, cuando un gran hombre, tan sabio como modesto y a quien debe mucho el admirable Museo Nórdico de Estocolmo, Bernhard Salin (1861-1931), propuso de la "invasión de los Ases" tal como la describe en la Ynglingasaga una interpretación literal que, reanudada, variada, aligerada de muy varias maneras, ha seguido siendo el modelo de lo que la mayoría de los historiadoees de la religión escandinava admiten -o admitían hasta hace bien poco. El relato de los Ases y los Vanes y de su reconciliación, conservaría, muy deformado, el recuerdo de grandes acontecimientos históricos, auténticos: a la vez, de la larga migración de un pueblo siguiendo un itinerario preciso, del norte del mar Negro a Escandinavia, y de una lucha entre dos pueblos, uno adorador de los Ases, otro de los Vanes _lucha que, como afirma la tradición trasponiendo de los dioses y a sus adoradores, concluyó con un arreglo, con una fusión. Ciertos autores como H. Schück y E. Mogk, pensaron - lo cual en sí mismo es poco probable- en una guerra de religión. la mayoría, como H. Güntert y más recientenmente E. A. Philippson, se inclinan por una guerra puramente étnica y política, una guerra de conquista, de un tipo más seguro en la vieja historia europea. Por otra parte, no faltan quienes, siguiendo de cerca a B. Salin, sitúen estos acontecimientos por los alrededores del siglo IV; y según otros se trataría de la invasión misma de los indoeuropeos en Germania, sensiblemente más antigua. Al parecer esta segunda precisión goza de más favor. En lenguaje arqueológico, pues la arqueología es harto solicitada en semejante debate, los antagonistas de este gran duelo,primero histórico después legendario y mítico, serían los representantes de dos culturas que las excavaciones en Europa del norte permiten identificar:" Megalithenvölker" y "Streitaxtvölker" (o "Schnurkeramiker"). He aquí, por ejemplo, cómo se expresa E. A. Philipsson (Die Genealogie der Götter, 1953, p. 19):

La diferencia entre la religión de los Vanes y la religión de los Ases es fundamental. La religión de los Vanes era la más antigua, autóctona, producto de la civilización agrícola. La religión de los Ases era la más reciente expresión de una época viril, guerrera, pero asimismo más espiritual. El abismo entre estas representaciones, que escapó a los observadores romanos, era algo de que el paganismo, por el contrario, tenía conciencia: la leyenda de los germanos del norte relativa a la guerra de los Vanes es la prueba.

Otros exegetas, poco numerosos aún pero cuyo número crece, así O. Höfler, J. de Vries, W. Betz y yo mismo, nos resistimos a esta visión historizante, a esta idea de una transcripción, a lenguaje mítico, de acontecimientos histórivos. No negamos por cierto los cambios materiales, las invasiones, las funciones de pueblos, la dualidad de civilización que se observa, arqueológicamente, en el suelo de la Germania, entre lo que había antes de los indoeuropeos y lo que siguió su invasión. Tampoco discutimos que las religiones germánicas, escandinavas notablemente,hayan evolucionado con el correr de los siglos. Pero pensamos que la dualidad de los Ases y los Vanes no es un reflejo de estos sucesos, ni un efecto de esta evolución; que se trata de los dos términos complementarios de una estructura religiosa e ideológica unitaria, de dos términos cada uno e los cuales supone el otro y que trajeron a la vez, articulados ya aquellos indoeuropeos que habrían de ser los germanos; que la guerra inicial de los Ases y los Vanes manifiesta únicamente, de manera espectacular- tal es la función del mito- y en forma de conflicto violento, la distinción, a ciertos respectos la oposición conceptual, que justifica su coexistencia; en fin, que la indefectible asociación que sucede a la guerra, y que la guerra no hace sino preparar, expresa que la oposición es también complementariedad, solidaridad, y que los Ases y los Vanes se ajustan y se equilibran para mayor bien de una sociedad humana que tiene igual necesidad de protectores del uno y del otro tipo.


FUENTE: LOS DIOSES DE LOS GERMANOS - GEORGES DÚMEZIL - Traducción Juan Almela - Siglo XXI editores

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