La Saga de Yngvar El Viajero -C 9

Capítulo 9

La Expedición de Svein Yngvarsson

Se dice ahora que ese invierno Svein fue a la escuela y aprendió a hablar muchos idiomas que se usaban en el este. Luego él preparó treinta barcos y dijo que iría con esa fuerza para ver a la reina. Llevó a muchos sacerdotes con él. En primer lugar entre ellos estaba un obispo llamado Rodgeir. El obispo tres veces bendijo las suertes y lanzó las suertes tres veces. Y cada vez que las suertes caían, demostraban que Dios quería que él fuera. El obispo dijo que él iría gustosamente.

Svein se puso en camino desde Rusia. Pero cuando habían pasado dos días yendo a lo largo del río, los paganos los tomaron por sorpresa con noventa barcos de remos de la clase de Norsemen. Sin más tardar, los paganos se preparan para la batalla, Svein reúne los suyos también, pero ninguna de las partes entendió lo que el otro decía. Pero mientras vestían su armadura, Svein se entregó a manos de Dios y lanzó las suertes para ver qué decidía hacer Dios, ya sea deberían pelear o deberían huir de tales abrumadoras probabilidades. Pero las suertes les dijo a ellos que batallen, y Svein juró dejar de saquear si Dios le concedía la victoria. Después de esto, comenzaron a pelear, y Svein y sus hombres pudieron matar a los paganos a voluntad. Y al fin, los paganos huyeron en veinte barcos, pero todos los demás fueron asesinados. La tripulación de Svein sufrió pocas pérdidas de vida, y consiguieron tantos tesoros como podrían desear y toda clase de artículos de valor y oro.

Así es que fueron por su camino y alcanzaron la tierra donde Ketil había obtenido la agarradera de cazuela. Luego Svein le ordenó a la mayor parte de su tripulación ponerse su armadura, e hicieron eso. Y no habían ido lejos cuando vieron una casa de granja grande y al lado de ella un hombre grande, y dio un gritó horrible. Luego los refuerzos entraron rápidamente desde todos lados. Este tipo de personas son llamados cíclopes. Tenían garrotes en sus manos como grandes vigas. Ellos se juntaron y no tenían protección o armas adecuadas.

Luego Svein le dijo a los arqueros que les disparen tan pronto como pudieran, y podrían éste no era el momento de actuar, “porque son tan fuertes como el león y altos como s casas o un bosque.”

Les dispararon y mataron a muchos y otros quedaron heridos. Luego una cosa asombrosa ocurrió, porque los más fuertes escaparon. Svein les prohibió a ellos que vayan a buscarlos y dijo que no había ningún escondite. En lugar de eso, entraron corriendo a la granja y salieron con una fortuna en pieles, ropas, plata y metales preciosos, luego volvieron a sus barcos y continuaron camino.

Cuando habían llegado muy lejos, Svein vio una ensenada cortando el banco. Les dijo a ellos que dirigieran los barcos a esa dirección. Estuvieron felices de hacerlo, ya que muchos de ellos eran hombres jóvenes. Y cuando se acercaron a tierra, vieron castillos y muchas granjas. Vieron ocho hombres corriendo y se asombraron de su velocidad. Uno de los hombres del lugar tenía una pluma en su mano y mantuvo en alto el tallo de la pluma, y luego la espada. A esto lo tomaron como una señal de paz. Luego Svein hizo una señal de paz con su mano. Eventualmente alcanzaron la costa y los hombres del lugar se amontonaron bajo un acantilado con diversas mercancías para comerciar. Svein le ordenó a sus hombres pisar tierra, y comerciaron con los habitantes, aunque ninguno entendía lo que los demás decían.

Al día siguiente, los hombres de Svein fueron otra vez para comerciar con la gente del lugar, e hicieron trueques por algún rato. Pero entonces un hombre ruso quiso anular un trato que había hecho con uno de ellos sobre algunas pieles.
El pagano se enojó y le dio un puñetazo en la nariz y la sangre salpicó la tierra.

Luego el ruso desenfundó su espada y partió en dos al pagano. Entonces los nativos escaparon con gran gritería y alboroto, y lo siguiente fue que una inmensa multitud de ellos se juntó. Luego Svein le dijo a sus hombres que se pongan su armadura y salgan al encuentro de ellos, y una dura y feroz batalla ocurrió, y una gran cantidad de paganos cayeron, ya que no tenían nada con que protegerse. Y cuando vieron que estaban siendo abrumados, se escaparon.

Entretanto Svein y sus hombres recogieron una cantidad de artículos de valor que los lugareños habían dejado atrás, y los llevaron a los barcos.
De cualquier manera, después de este incidente, Svein y sus hombres continúan y dejan ese lugar, y agradecieron a Dios por su victoria. Siguen por algún tiempo, hasta que vieron una gran piara en una saliente bajo un peñasco prominente sobre el río, y algunos hombres quisieron matarlos y saltaron a la tierra, ellos mataron a algunos cerdos. Pero el resto comenzó a gritar escandalosamente a medida que se escapaban y corrían por tierra.

Y la siguiente cosa por la que ellos vieron un gran ejército yendo de la tierra a los barcos, y un hombre siguiendo delante de la multitud. Este hombre tenía tres manzanas y tiró una a lo alto, y cayó en los pies de Svein, y luego la siguiente después que cayó en el mismo sitio.
Entonces Svein dijo que él no iba a esperar la tercera manzana: “Hay algo de poder malvado detrás de esto y fuerte convicción.”

Svein le puso una flecha a su cuerda y disparó. La flecha le pegó al hombre en la nariz y oyeron un ruido como de rotura. Él tiro hacia atrás su cabeza, y vieron que tenía un pico de ave. Luego él gritó muy fuerte, corrió hacia sus tropas y todos ellos corrieron velozmente tanto como podían, de regreso a tierra adentro.


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