La Saga de Yngvar El Viajero -C 8

Capítulo 8

La muerte de Yngvar

Pues bien, después de esto, Yngvar se preparó con toda prisa y salió con todos sus hombres, y van por su camino ahora, y viajan día y noche, tan pronto como pueden. Pero una enfermedad comienza a propagarse en su tripulación tal es que todas sus mejores personas murieron, y más murieron que vivieron. Yngvar cayó enfermo también, y para entonces habían llegado al reino de Silkisif. Él llamó a sus hombres entonces
y les dijo que entierren a aquellos que estaban muertos.

Luego él llamó a Garda-Ketil, y sus otros amigos y dijo, “he caído enfermo, y veo que me matará, y habré llegado luego tal fin que tengo, ganado.

Pero con misericordia de Dios espero que el hijo de Dios me concederá su promesa, porque con todo mi corazón que tomo refugio en los brazos de Dios todos los días, mi alma y cuerpo, cuidé de estas personas tanto como mejor pude. Pero esto quiero que ustedes sepan, por el juicio justo de Dios es que hemos sido castigados duramente con esta plaga, y ésta es la peor plaga y encantamiento que se infligió en mí, pues cuando esté muerto, la enfermedad pasará. Y esto les pido a ustedes, y de usted Ketil sobre todo, que lleve mi cuerpo a Suecia y entiérreme en la iglesia. Pero mi riqueza, que tengo aquí en oro y en plata y ropas costosas, quiero dividir en tres partes: Una tercera parte le doy a las iglesias y predicadores, otra le doy a la gente pobre. A mi papá la tercera parte y los hijos tendrán. Salude a la Reina Silkisif por mí. Por el bien de todos, quiero pedirle a usted que estén en paz uno con otro. Pero si usted disiente sobre que camino tomar, dejen a Garda-Ketil decidir, ya que él tiene la mejor memoria de todos ustedes.

Luego él se despidió hasta que se encontrasen en la alegría en el día de la resurrección. De él se habló bien con mucha admiración y vivió unos pocos días más.
Prepararon su cuerpo con cuidado y lo colocaron en un ataúd, luego continuaron en por su camino y desembarcaron en el pueblo de Citopolis. Y cuando la reina reconoció su barco, salió al encuentro de ellos con gran esplendor. Pero cuando los vio desembarcar, se deprimió, y le pareció que para ella que mucho debió haber ocurrido, y ella no podría ver a él, a ese hombre que significó más para ella que cualquier otro. Ella les pidió noticias y las cuestionó cuidadosamente acerca de los detalles del fallecimiento de Yngvar y dónde habían puesto su cuerpo. Le dijeron a ella que lo habían enterrado en la tierra.

Ella dijo que mentían y los amenazó con matarlos si no le decían la verdad.
Luego le dijeron a ella qué disposiciones había hecho Yngvar con ellos para la eliminación de su cuerpo y su riqueza. Luego le dieron al cuerpo de Yngvar a ella. Ella lo matuvo en la ciudad con gran honor y se preparó para el entierro con ungüentos costosos.

Luego la reina se despidió con la bendición de Dios e Yngvar. “Él es mi Dios, él que es tuyo. Envie mis saludos a la familia de Yngvar cuando usted vaya a Suecia, y lea pide a algunos de ellos que vengan aquí con predicadores y bautice estas personas, y luego una iglesia se construirá aquí, dónde Yngvar descansará.

Y cuando Yngvar exhaló su último suspiro, 1041 años habían pasado desde el nacimiento de Jesucristo. Él tenía veinticinco años de edad cuando murió. Fueron once años después de la caída de Rey Olaf Haraldsson el Santo.

Ketil y los demás se alistaron para salir y se despidieron de la reina, continuando por su camino, y tuvieron doce barcos. Y cuando habían estado yendo por algún tiempo, tuvieron un desacuerdo sobre por dónde seguir, y se separan porque nadie quiso seguir al otro. Pero Ketil tomó el curso correcto y llegó a Rusia, mientras Valdimar lo hizo con un barco para Miklagard. No podemos dar por seguro donde terminaron los otros barcos, porque la mayoría - se piensa - se han estropeado, y de Yngvar no podemos decir nada más. Y aún, se sabe que realizó muchos hechos grandiosos en esta expedición, que los hombres sabios probablemente habrán dicho con todo detalle.

Este Ketil del que hemos hablado, permaneció durante el invierno en Rusia y fue a Suecia el siguiente verano y contó las noticias de lo que había pasado en ese viaje, y llevó el tesoro de Yngvar para su hijo, quien era llamado Svein , y le dio a él los saludos de la reina y el mensaje. Svein era joven en años pero grande en estatura. Era un hombre fuerte y mayormente como su padre. Quiso probarse a sí mismo primero y empezó a incursionar. Y después de que algunos años habían pasado, él llegó con una fuerza gran al este de Rusia y se quedó durante el invierno allí.


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