Capítulo 9
Se dice que tan pronto como estuvo oscuro, Thorvald y sus hombres fueron cabalgando a la casa en Ornólfsdal. Todo el mundo estaba dormido allí. Arrastraron una pila de leña hasta la casa y le encendieron fuego. Blund-Ketil y sus hombres no se despertaron hasta que la casa entera estaba ardiendo por encima de ellos.
Blund-Ketil preguntó quién había encendido el fuego ardiente. Thóri le dijo quién era. Blund-Ketil preguntó si había alguna cosa que pudiera darle paz. Thóri dijo que no había otra elección que la de arder. Los hombres no salieron hasta que todas las personas en la casa murieron quemadas.
Hersteinn, hijo de Blund-Ketil, había ido esa tarde a la casa de su padre adoptivo, que era Thorbjørn llamado y apodado “Trancos”. Se decía que él era un hombre de cabeza alargada.
Hersteinn se despertó en la mañana y preguntó si su padre adoptivo estaba despierto.
Thorbjørn dijo que él lo estaba, ¿Y usted qué quiere?
Hersteinn contestó, soñé que mi papá venía aquí con todas sus ropas en llamas, así es que me parecía como una llama para mí.
Se levantaron y salieron fuera, e inmediatamente vieron el fuego. Agarraron sus armas y se acercaron corriendo, pero todos los hombres se habían ido cuando lograron llegar.
Hersteinn dijo, Penosas cosas han ocurrido aquí. ¿Qué sugiere usted que hagamos?
Thorbjørn contestó, Ahora haré uso de una oferta que Tungu- Odd a menudo me ha hecho a mí: Que debiera ir a él si alguna vez necesitaba alguna ayuda.
Dudo que haya mucha esperanza en eso, dijo Hersteinn.
A pesar de lo que dijo Hersteinn, salieron y llegaron a Breiðabolstað y llamaron a Odd afuera. Él salió y los saludó bien, y les preguntó las últimas noticias. Le dijeron lo que sucedió, y él dijo que era desafortunado.
Thorbjørn habló más fuerte. Usted recuerda, Odd que me prometió su apoyo. Ahora le pido que me dé buen consejo y me ayude.
Odd- Tungu dijo que él haría eso.
Luego cabalgaron para Ornólfsdal y llegaron allí antes de amanecer. Para entonces las casas se habían caído y el fuego casi se había extinguido.
Odd cabalgó hacia la casa que no estaba porque se consumió en llamas, extendió la mano y agarró una viga de abedul y la desgarró de la casa. Luego cabalgó alrededor de las casas con la brasa en sentido contrario a las manecillas del reloj, diciendo, tomo aquí esta tierra en mi posesión, porque no veo casa aquí habitada. Oigan ustedes todos los testigos que están cerca. Luego él espueleó a su caballo y se alejó.
¿Qué haremos ahora? Hersteinn preguntó. Esto resultó más bien mal.
Cállese por ahora si usted puede, dijo Thorbjørn, pase lo que pase.
Hersteinn contestó que él había hablado no más de lo que era necesario.
Había una construcción que no estaba quemada, en el interior de la cual estaban las mercancías del Eastmen y muchas otras riquezas. En este punto el viejo Thorbjørn desapareció, y cuando Hersteinn miró hacia el edificio vio que la puerta estaba abierta y se habían llevado los bienes, pero no vio a nadie. Los bienes estaban dispuestos en atados. Luego oyó un gran ruido en el campo de la casa, y vio que todos los caballos de su padre estaban siendo conducidos a casa, las ovejas y el ganado, mudando todo el ganado. Después los atados fueron levantados, y todo fue por su camino, y todo lo que tenía algún valor fue llevado. Hersteinn fue por detrás, y vio que era el viejo Thorbjørn que guiaba a los animales. Se fueron del camino, por Staffholts-Tongue, y lejos hacia el Río Norte.
Se dice que tan pronto como estuvo oscuro, Thorvald y sus hombres fueron cabalgando a la casa en Ornólfsdal. Todo el mundo estaba dormido allí. Arrastraron una pila de leña hasta la casa y le encendieron fuego. Blund-Ketil y sus hombres no se despertaron hasta que la casa entera estaba ardiendo por encima de ellos.
Blund-Ketil preguntó quién había encendido el fuego ardiente. Thóri le dijo quién era. Blund-Ketil preguntó si había alguna cosa que pudiera darle paz. Thóri dijo que no había otra elección que la de arder. Los hombres no salieron hasta que todas las personas en la casa murieron quemadas.
Hersteinn, hijo de Blund-Ketil, había ido esa tarde a la casa de su padre adoptivo, que era Thorbjørn llamado y apodado “Trancos”. Se decía que él era un hombre de cabeza alargada.
Hersteinn se despertó en la mañana y preguntó si su padre adoptivo estaba despierto.
Thorbjørn dijo que él lo estaba, ¿Y usted qué quiere?
Hersteinn contestó, soñé que mi papá venía aquí con todas sus ropas en llamas, así es que me parecía como una llama para mí.
Se levantaron y salieron fuera, e inmediatamente vieron el fuego. Agarraron sus armas y se acercaron corriendo, pero todos los hombres se habían ido cuando lograron llegar.
Hersteinn dijo, Penosas cosas han ocurrido aquí. ¿Qué sugiere usted que hagamos?
Thorbjørn contestó, Ahora haré uso de una oferta que Tungu- Odd a menudo me ha hecho a mí: Que debiera ir a él si alguna vez necesitaba alguna ayuda.
Dudo que haya mucha esperanza en eso, dijo Hersteinn.
A pesar de lo que dijo Hersteinn, salieron y llegaron a Breiðabolstað y llamaron a Odd afuera. Él salió y los saludó bien, y les preguntó las últimas noticias. Le dijeron lo que sucedió, y él dijo que era desafortunado.
Thorbjørn habló más fuerte. Usted recuerda, Odd que me prometió su apoyo. Ahora le pido que me dé buen consejo y me ayude.
Odd- Tungu dijo que él haría eso.
Luego cabalgaron para Ornólfsdal y llegaron allí antes de amanecer. Para entonces las casas se habían caído y el fuego casi se había extinguido.
Odd cabalgó hacia la casa que no estaba porque se consumió en llamas, extendió la mano y agarró una viga de abedul y la desgarró de la casa. Luego cabalgó alrededor de las casas con la brasa en sentido contrario a las manecillas del reloj, diciendo, tomo aquí esta tierra en mi posesión, porque no veo casa aquí habitada. Oigan ustedes todos los testigos que están cerca. Luego él espueleó a su caballo y se alejó.
¿Qué haremos ahora? Hersteinn preguntó. Esto resultó más bien mal.
Cállese por ahora si usted puede, dijo Thorbjørn, pase lo que pase.
Hersteinn contestó que él había hablado no más de lo que era necesario.
Había una construcción que no estaba quemada, en el interior de la cual estaban las mercancías del Eastmen y muchas otras riquezas. En este punto el viejo Thorbjørn desapareció, y cuando Hersteinn miró hacia el edificio vio que la puerta estaba abierta y se habían llevado los bienes, pero no vio a nadie. Los bienes estaban dispuestos en atados. Luego oyó un gran ruido en el campo de la casa, y vio que todos los caballos de su padre estaban siendo conducidos a casa, las ovejas y el ganado, mudando todo el ganado. Después los atados fueron levantados, y todo fue por su camino, y todo lo que tenía algún valor fue llevado. Hersteinn fue por detrás, y vio que era el viejo Thorbjørn que guiaba a los animales. Se fueron del camino, por Staffholts-Tongue, y lejos hacia el Río Norte.
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