La Saga de Gunnlaug Lengua de Serpiente (Cap 13)

Capítulo 13


Entonces, en el verano, antes de que la noticia de estos hechos fuera conocida en Islandia, Illugi el Negro, que se encontraba entonces en su casa, en Gilsbakki, tuvo un sueño. Durante el sueño, le parecía ver a Gunnlaug todo cubierto de sangre aparecer delante de él y que decía durante su sueño esta estrofa en su presencia: (Illugi, al despertar, procuró recordar los versos y los comunicó luego a los demás).

Yo supe que Hrafn me golpeó con el pez que resuena sobre la coraza y del cual su empuñadura es guarnecida de aletas; pero la punta acerada perforó la pierna de Hrafn. Entonces el águila que desgarra los cadáveres se deleitó en el mar de mis heridas calientes; el palo de combate de Gunn se hendió en la cabeza de Gunnlaug,

La misma noche, pasó que en el sur, en Mosfell, Onund tuvo un sueño; él creyó ver a Hrafn acercarse a él todo ensangrentado y que recitaba esta estrofa:

Roja estaba mi espada cuando el sesgo de la espada me golpeó de su arma; los monstruos del escudo fueron probados sobre los escudos más allá de los mares. Tal parecer que las aves de la sangre totalmente ensangrentadas nadaban en sangre por encima de mi cabeza; los buitres de la sangre ávidos de heridas pudieron una vez más sumirse en el flujo de las heridas. »

El verano siguiente, en el Althing, Illugi el Negro le dice a Onund en el " cerro de la ley ": " ¿Qué compensación vas a darme por mi hijo, »dice", ya que Hrafn, tu hijo, te engañó a pesar de su promesa? «Onund respondió: «No considero de ninguna manera, »él dice", tener que conceder una indemnización; su encuentro ya me causó mucho dolor; además, no te reclamaré tampoco multa por mi hijo. »Illugi prosiguió:« En ese caso, uno u otro de tus parientes y miembros de tu familia, sin que sospeche, sufrirá las consecuencias. »También, después del thing, durante el verano, Illugi no dejó de estar muy triste.

En otoño, según lo que se cuenta, Illugi dejó su casa de Gilsbakki con treinta hombres y llegó a Mosfell de madrugada. Onund se refugió en la iglesia con sus hijos; sin embargo Illugi se apoderó de dos de sus parientes los cuales uno se llamaba Bijorn y otro Thorgrîm. Él hizo dar muerte a Bjorn y cortar un pie a Thorgrîm. Después de estas hazañas Illugi regresó a su casa y Onund no obtuvo ninguna compensación.

Hermund, segundo hijo de Illugi, estaba vivamente afectado por la muerte de Gunnlaug, su hermano; a éste no le parecía suficientemente vengado, hasta después de todo lo que acabaría por llegar. Entonces, Onund de Mosfell tenía un sobrino de nombre Hrafn. Era un gran navegante; él poseía un barco que encallaba en Hrutafjord. En primavera, Hermund, hijo de ïllugi, dejó a solas la casa paternal, se dirigió hacia el norte, sobre Holtavor-duheîd, y de el allí hacia Hrutafjord y llegó a Bor-deyr cerca del barco mercante. Éstos estaban dispuestos justamente a irse. Hrafn, el piloto, se encontraba sobre la orilla con numerosos compañeros. Hermund se acercó a él, lo traspasó con su espada y se fue en seguida de nuevo. Este acto golpeó de estupor a todos los que se encontraban con Hrafn. Ninguna multa fue pagada por este homicidio. Así es como se acabó la disputa de Illugi el Negro y de Onund de Mosfell.

Thorstein Egilsson se casó con Helga, su hija, un tiempo más tarde, con un hombre llamado Thorkel; éste era hijo de Hallkel y vivía en Hraundal. Helga lo acompañó a su morada; pero a ella no llegaba a gustarle mucho, porque no podía separar sus pensamientos de Gunnlaug, aunque haya muerto. Sin embargo Thorkel era como persona un hombre notable; él tenía muchos bienes y era buen poeta. Ellos tuvieron un sobrado número de niños. Uno de sus hijos se llamaba Thorarin, otro, Thorstein; ellos todavía tenían varios más. El placer más grande de Helga, era el de desplegar el abrigo que Gunnlaug le había hecho presente y de contemplarlo largamente.

Un día, se esparció una enfermedad grave en el dominio de Thorkel y de Helga, y mucha gente sufrió por esto largo tiempo. Helga también padeció de la enfermedad, pero no se acostó en absoluto. El sábado por la tarde, estando sentada en la habitación de su vivienda, ella dejó caer la cabeza sobre las rodillas de Thorkel, su esposo, y envió a buscar el abrigo que le había dado Gunnlaug. Cuando se lo trajeron, ella se incorporó, extendió el abrigo frente a ella y lo contempló durante un tiempo. Pronto ella se dejó caer sobre los brazos de su marido; había muerto. Thorkel dice entonces esta estrofa:


Tomé en mis brazos el árbol de la serpiente del brazo, mi esposa excelente y muerta. El dios quitó la vida a la Lofn de los trajes de tela... Sin embargo, sobrevivirle todavía es más penoso para el ávido buscador de oro.

Helga fue enterrada cerca de la iglesia. Thorstein continuó viviendo en este lugar. Ellos todos lamentaron vivamente, como podíamos esperarlo, la muerte de Helga. Tal es el fin de esta saga.

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