Capítulo VII
En ese momento, Hromund entró en la batalla. Helgi el Valiente lo vió y dijo: "Ahora vienes aquí, quién luchó con Hrongvid mi hermano. Puedes verlo ahora con la espada que buscó en el túmulo. Ahora debes huir. Yo maté a tus hermanos."
Hromund dijo: "Helgi, no necesitas cuestionar mi coraje. Uno de los dos caerá ahora."
Helgi dijo: "Mistiltein es tan pesada como un arma, que no puedes controlar. Te prestaré otra espada que podrás dominar."
Hromund dijo: " No necesitas probar mi fuerza. Sentirás el golpe que le di a Hrongvid, y que aplastó su cráneo."
Helgi dijo: "Hromund, tu tienes enlazado sobre tu mano la liga de una doncella. Sabes que te protegerá mientras lo lleves. No serás herido aunque lo lleves, y así serás siempre correcto con la doncella.”
Hromund no se afligió por estas palabras provocativas, y lanzó abajo el escudo. Helgi el Valiente siempre conseguía la victoria pero todo a través de la magia. Su amada se llamaba Lara y estaba allí con la forma de un cisne. Helgi giró su espada tan duro sobre él que accidentalmente se cortó su pierna, y la espada se hundió en la tierra hasta la empuñadura. Él dijo:
' Ahora mi suerte se ha ido, y será mal para mí que tengas éxito."
Hromund dijo: "Helgi, estás derrotado. Fue muy mala suerte cuando mataste a tu propia señora, y su salud se irá."
Lara cayó muerta. Pero con el golpe Helgi hirió a Hromund, la espada corrió hasta la empuñadura, y la punta de la espada resbaló en el estómago de Hromund, pero Helgi se agachó para golpear de nuevo. Hromund sin demora abrió la cabeza de Helgi con Mistiltein y dividió el casco y el cráneo, de modo que se hundió hasta los hombros. Entonces la muesca en la espada se rompió. Hromund tomó su cuchillo del cinturón y agujereó su estómago donde fue rasgado, empujó para que la grasa del estómago saliera, rasgó su vientre y lo ató con la liga junto a su ropa.
Entonces combatió furiosamente y derribó a los hombres ellos cayeron uno sobre otro, y luchó en el medio de la noche. Entonces ese ejército huyó, junto con los Haldingos. Allí se terminó la contienda.
Entonces Hromund vio que un hombre estaba resistiendo en el hielo. Él sabía bien que la hechicería podía volver el hielo en agua, y notó que era Vali. Él dijo que estaba obligado a recompensarlo, corrió hacia él, Mistiltein giraba y lo habría golpeado. Pero Vali hizo volar la espada de su mano, y pasó por encima de una abertura en el hielo y se hundió en el fondo. Entonces Vali se rió y dijo:
"Estás condenado ahora, has perdido a Mistiltein de tu mano."
Hromund dijo: "Pero antes morirás."
Entonces él corrió hacia Vali y lo empujó, lo hundió en el hielo de un golpe, su cuello se rompió. Este mago quedó allí, muerto, pero Hromund sentado en el hielo dijo:
"No tuve buen consejo de la doncella. Envié a catorce hombres ahora abajo, y mis ocho hermanos también cayeron, y mi espada Mistiltein cayó al agua, y esta pérdida, nunca puedo hacer algo bien, ya que perdí mi espada."
Después se marchó de allí, fue a casa a su tienda y tomó un descanso.
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