Pervivencia y fortuna de la obra de Jordanes
Los Getica de Jordanes gozaron rápidamente de una enorme popularidad entre los primeros escritores altomedievales que consagraron sus obras a la historia de los pueblos bárbaros que comenzaron a constituirse en naciones europeas. Ya a finales del siglo VII fueron ampliamente utilizados por el llamado Geógrafo de Ravena, sobre todo en lo relativo a los datos de carácter etnográfico y geográfico . Gregorio de Tours parece haberse servido también de nuestra obra para algunos pasajes concretos de su Historia de los francos . También Paulo Diácono demuestra un buen conocimiento de la obra de Jordanes en su Historia de los lombardos .
Entre los escritores hispanos es don Rodrigo Jiménez de Rada, en el siglo XIII, el que supo sacar mejor partido a la obra de Jordanes para la redacción de su Historia Gótica. El Toledano reutilizó, con escasísimas modificaciones, cuatro quintas partes de los Getica, que se convirtieron de este modo en fuente primordial del relato en sus dos primeros libros .
Pero más importante que estos casos de influencias aisladas en autores concretos resulta la trascendencia que tuvo la narración de Jordanes sobre la primitiva migración de los godos desde las costas escandinavas y su posterior expansión a lo largo y ancho del continente europeo. Algunos autores suecos contribuyeron a mitificar este fenómeno, como Iohannes Magnus con su Historia de ómnibus Gothorum Sueonumque regibus, o su hermano Olaus con su Historia degentibus septemtrionalibus, publicadas en Roma en 1554 y 1555 respectivamente. Así, durante un largo período de la historia europea el «goticismo» se convirtió en una teoría comúnmente aceptada y sirvió para justificar el dominio político sobre determinados reinos y territorios del continente . Por ejemplo, en el Concilio de Basilea, a mediados del siglo XV, tanto austríacos como suecos se arrogaban el derecho de ser los auténticos sucesores de los godos como medio de imponer su autoridad en algunas regiones. Más tarde, los soberanos de la casa de Habsburgo, que se reclamaban herederos de la monarquía goda, justificaban su dominio europeo en virtud de la supuesta unificación del continente desde el mar Negro hasta el sur de la Península Ibérica llevada a cabo por los godos.
En España esta idea goticista ha tenido hondas repercusiones en el pensamiento político y en la literatura. No hay que olvidar que los godos fueron los creadores de la primera unidad política independiente en la Península Ibérica, y esta asociación entre nación hispana y pueblo godo habría de tener un éxito notable en el pensamiento nacionalista hispánico, especialmente el castellano. Huellas de este gojavascript:void(0)
Guardar como borradorticismo hispánico se pueden rastrear durante toda la Edad Media y sobre todo a partir del reinado de los Reyes Católicos, llegando a su punto culminante en la obra de Diego Saavedra Fajardo Corona gótica, castellana y austriaca, de 1646, en la que se reafirma la continuidad entre la monarquía goda y la de los Austrias españoles del siglo XVII .
Los Getica de Jordanes gozaron rápidamente de una enorme popularidad entre los primeros escritores altomedievales que consagraron sus obras a la historia de los pueblos bárbaros que comenzaron a constituirse en naciones europeas. Ya a finales del siglo VII fueron ampliamente utilizados por el llamado Geógrafo de Ravena, sobre todo en lo relativo a los datos de carácter etnográfico y geográfico . Gregorio de Tours parece haberse servido también de nuestra obra para algunos pasajes concretos de su Historia de los francos . También Paulo Diácono demuestra un buen conocimiento de la obra de Jordanes en su Historia de los lombardos .
Entre los escritores hispanos es don Rodrigo Jiménez de Rada, en el siglo XIII, el que supo sacar mejor partido a la obra de Jordanes para la redacción de su Historia Gótica. El Toledano reutilizó, con escasísimas modificaciones, cuatro quintas partes de los Getica, que se convirtieron de este modo en fuente primordial del relato en sus dos primeros libros .
Pero más importante que estos casos de influencias aisladas en autores concretos resulta la trascendencia que tuvo la narración de Jordanes sobre la primitiva migración de los godos desde las costas escandinavas y su posterior expansión a lo largo y ancho del continente europeo. Algunos autores suecos contribuyeron a mitificar este fenómeno, como Iohannes Magnus con su Historia de ómnibus Gothorum Sueonumque regibus, o su hermano Olaus con su Historia degentibus septemtrionalibus, publicadas en Roma en 1554 y 1555 respectivamente. Así, durante un largo período de la historia europea el «goticismo» se convirtió en una teoría comúnmente aceptada y sirvió para justificar el dominio político sobre determinados reinos y territorios del continente . Por ejemplo, en el Concilio de Basilea, a mediados del siglo XV, tanto austríacos como suecos se arrogaban el derecho de ser los auténticos sucesores de los godos como medio de imponer su autoridad en algunas regiones. Más tarde, los soberanos de la casa de Habsburgo, que se reclamaban herederos de la monarquía goda, justificaban su dominio europeo en virtud de la supuesta unificación del continente desde el mar Negro hasta el sur de la Península Ibérica llevada a cabo por los godos.
En España esta idea goticista ha tenido hondas repercusiones en el pensamiento político y en la literatura. No hay que olvidar que los godos fueron los creadores de la primera unidad política independiente en la Península Ibérica, y esta asociación entre nación hispana y pueblo godo habría de tener un éxito notable en el pensamiento nacionalista hispánico, especialmente el castellano. Huellas de este gojavascript:void(0)
Guardar como borradorticismo hispánico se pueden rastrear durante toda la Edad Media y sobre todo a partir del reinado de los Reyes Católicos, llegando a su punto culminante en la obra de Diego Saavedra Fajardo Corona gótica, castellana y austriaca, de 1646, en la que se reafirma la continuidad entre la monarquía goda y la de los Austrias españoles del siglo XVII .
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