La Saga de Yngvar El Viajero -C 3

3. Una Tregua de Reyes


Algunos años más tarde, King Jarizleif de Rusia pidió casarse con Ingigerd. Ella fue dada a él, y viajó al este con él. Y cuando Eymund oyó estas noticias, él se dirige al este para Rusia, y King Jarizleif le recibe bien, como también Ingigerd.

Por allí había en estos tiempos un conflicto serio en Rusia, porque Burizleif, el hermano de King Jarizleif, atacaba al reino. En contra de él Eymund combatió en cinco batallas, y en la última Burizleif fue apresado, quedó ciego y fue llevado ante el rey. Eymund ganó una fortuna inmensa allí: oro y plata, muchos tesoros y artículos preciosos.

Luego Ingigerd envió a los hombres a encontrarse con King Olaf, su padre, y pidió que él cediera esas tierras que le pertenecían a Eymund, y hacer la paz con él en vez de tener que vivir con la constante amenaza de un ataque de su parte - y Olaf estuvo de acuerdo, en cierto modo.


En aquel entonces, Eymund estaba en Holmgard, lo cual es Novgorod, y a menudo ocupado en batallas, obtenía la victoria en cada una y las tierras ganadas eran tributo para el rey. Luego Eymund estaba deseoso de visitar sus propiedades, posee un gran ejército, bien equipado, ya que no carecía ni bienes ni de armas.


Ahora Eymund se pone en camino de Rusia, muy honrado y respetado por toda la gente, llega ahora a Suecia y establece residencia en sus tierras y propiedades. Pronto consigue una esposa y se casa con la hija de un hombre rico, tuvieron un hijo, quien fue llamado Yngvar.


La palabra de esto llegó a Rey Olaf de Suecia, que Eymund había venido al país con una gran multitud y bastante riqueza y se había asentado en la tierra que le perteneció a su padre y a esos ocho jefes. Y esto le parecieron noticias serias, pero no se siente lo suficientemente confiado para hacer un movimiento, porque todos los días oye hablar del atrevimiento de Eymund y sus acciones. Y ninguno se mueve ahora, como tampoco quieren doblegarse uno ante el otro.


Eymund permanece en su tierra, ingeniándose y gobernando en ella como un rey, y acrecienta su área, llegando a gobernar a un gran número de personas.


Construyó un gran vestíbulo por su cuenta y satisfizo debidamente con comida todos los días a un séquito inmenso, pues él tuvo a muchos caballeros y fuerza naval. Así vivió en paz.


Ahora Yngvar creció en casa con su padre, hasta que él tuvo nueve años de edad. Luego Yngvar le preguntó a su padre si él podría ir a visitar al rey y los otros señores de Suecia. Eymund le dio permiso de ir e hizo preparativos para que se transporte adecuadamente. Yngvar tomó el yelmo de su padre, lo mejor que él poseía – una espada adornada con oro y piedras preciosas, él llevó muchos otros tesoros. Yngvar fue ahora con catorce de los hombres de su padre, y todos sus caballos estaban acorazados, como ellos mismos lo estaban. Y tenían escudos y yelmos dorados, y todas sus armas estaban adornadas con oro y plata.


Con su compañía así vestida, va hacia el oeste a través de Suecia. Las noticias de su viaje se propagan, y los jefes de todas partes vienen a él y lo invitan a festejar con ellos. Él acepta, ellos le dan buenos regalos, y él a ellos.


Ahora la fama de Yngvar viaja por toda Suecia y llega a oídos de Rey Olaf. Él le llamó a un hijo Onund, un joven muy prometedor, quién era más o menos de la misma edad que Yngvar. Él imploró a su padre el permiso de ir a encontrarse con su pariente Yngvar y darle la bienvenida con todo el honor debido, y esto fue concedido tal como él había pedido. Salió al encuentro de Yngvar y le demostró mucha honorabilidad, y esa fue una reunión festiva ciertamente. Luego van a visitar al rey, y salió al encuentro de ellos, les dio la bienvenida calurosamente, Yngvar incluido, le indica entrar al vestíbulo y sentarse. Yngvar al lado de él y le ofrecieron quedarse allí por mucho tiempo, ser bienvenidos y sus compañeros también. Yngvar dice que él se quedará allí un tiempo. Luego saca esos tesoros que fueron mencionados antes, el yelmo y la espada, y habló así: “Mi papá le envió estos regalos para fortalecer la paz y sellar la amistad.”

El rey recibió los tesoros con agradecimiento, sin embargo dijo que Eymund no los había enviado para él. Yngvar se pasó el invierno entero allí y fue apreciado por el rey por encima de todos los otros hombres. En la primavera, Yngvar se alistó para ir a casa junto con Onund. Luego el rey le dio a Yngvar un buen caballo, una silla de montar dorada y un buen barco.

Así es que Yngvar y Onund se ponen en camino con gran favor de King Olaf y viajan ahora para ver a Eymund. Y cuando alcanzan la casa de Eymund, éste fue informado de quién había llegado, pero fingió no oír. Ahora llegan al vestíbulo, y Onund quiso desmontar, pero Yngvar dijo que deberían entrar cabalgando al vestíbulo. Hacen eso, cabalgando adentro hasta el asiento alto de Eymund. Él los saluda bien y pregunta que hay de nuevo, y, respecto a eso, pregunta por qué tienen la desfachatez de seguir como patanes y entrar cabalgando a su vestíbulo.


Luego Yngvar contestó, “Cuando llegué, Rey Olaf vino a mi encuentro con todo su séquito y me dio la bienvenida calurosamente y merecidamente, pero usted ahora no hace ningún honor a su hijo, cuando él le visita. Ahora sabe por qué entré cabalgando a su vestíbulo.”

Eymund se levantó de un salto luego y tomó a Onund en sus brazos fuera del caballo lo besó, lo dejó en el suelo y dijo que todo el mundo dentro del vestíbulo le serviría. Ahora Yngvar trajo los regalos para su padre, diciendo que Rey Olaf se los había enviado a él para sellar la paz. Ese es el caballo y silla de montar y el barco. Eymund dijo que Rey Olaf no los había enviado para él, aunque él le alabó mucho para haberle dado tales dignos regalos a Yngvar. Onund pasó el invierno allí.

En la primavera, se alistó para salir juntamente con Yngvar. Luego Eymund le dio a Onund un halcón dorado, se van así y llegan con el Rey Olaf, y él les da la bienvenida calurosamente y se alegra de su regreso.

Luego Onund le trajo el halcón y dijo que Eymund lo ha enviado para él.

El rey se sonrojó por esto y dijo que Eymund le podría haber mencionado cuando él le dio el halcón después de todo, “tal vez él tuvo en mente eso.”
Un poco más tarde, él llama a Onund e Yngvar y dijo, “ Ahora usted debe regresar y debe llevar a Eymund lo que quiero darle, y es un estandarte de batalla, porque no tengo más regalos preciosos para darle que esto. Es una cualidad de este estandarte, que quienquiera que lo lleve ante ellos en la batalla siempre puede contar con una victoria certera. Y esto será el signo y estandarte de paz entre nosotros. ”

Regresan ahora y llevan el estandarte a Eymund junto con las palabras de amistad del rey. Eymund recibió con agradecimiento al regalo del rey, y les dijo a ellos que sigan de regreso e inviten a Rey Olaf a visitarle, “Y usted dirá: 'Eymund, su sirviente, le invita a una fiesta con buena voluntad, y estará encantado si usted acepta.'”


Van con Rey Olaf y le dan la invitación de Eymund. Luego Rey Olaf se puso muy feliz y fue con una gran cantidad de personas. Eymund le recibió bien y le hizo mucho honor, y hablaron a la vez, juraron amistad y se mantuvieron bien firmes en ella.


Luego el rey volvió a casa con buenos regalos e Yngvar estaba todo el tiempo con el rey, porque el rey le amó nada menos que a su hijo.

Yngvar fue un hombre grande en estatura, bien parecido y fuerte, de rasgos bellos, sabio y elocuente, amable y generoso con sus amigos, pero sombrío con sus enemigos, cortés, rápido y alerta, a fin de que los hombres sabios le han comparado en las realizaciones con su pariente Styrbjorn, o con Rey Olaf Tryggvason, quién fue el hombre más renombrado que alguna vez hubo o habrá en las tierras norteñas, por siempre jamás, ante Dios y los hombres.


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