El Pozo de los Dragones - Merlín el Mago del Rey Arturo

Continuación de
Merlín, el mago del Rey Arturo
LA GRAN LEYENDA MEDIEVAL


Geoffrey de Monmouth, un galés que vivió bastantes años en Oxford y al final de su vida fue nombrado obispo de San Asaph, en Gales, supo aunar una refinada formación en muchos autores antiguos con una peculiar fantasía propia, alimentada por antiguas leyendas bretonas de tradición oral. A partir de esos antiguos motivos célticos de muy profundas raíces construyó con notable habilidad sus propios relatos.

Bajo el nombre de Merlín, Geoffrey recuperó un antiguo personaje al que los relatos galeses llaman Myrddin y que procedía de Carmarthen, llamado en galés Caer Myrddyn, es decir, la fortaleza de Myrddin. Modificó su nombre, porque "Merdinus" no debía de sonar bien en una corte normanda donde se hablaba francés. Myrddin era conocido ya en algunos relatos; así, la Historia Britonum de Nennio (siglo IX) le da el sobrenombre de Ambrosius (Emrys en galés) y cuenta cómo dio su famosa profecía ante Vortigern.

Vortigern, el rey de Britania, quería construir una torre defensiva en una colina pero ésta se derrumbaba una y otra vez. El rey llamó a sus magos y ellos le aconsejaron que sacrificara allí a un niño sin padre. Sus sicarios encontraron a un niño que cumplía esa condición - sus paisanos lo acusaban en efecto de haber sido engendrado por un diablo - y lo llevaron ante el rey. Pero el niño tomó la palabra para manifestar la ignorancia de los magos de la corte, que desconocían que bajo la colina de la torre había un estanque y que en él peleaban dos enormes gusanos. El niño - Emrys o Merlín- explicó el prodigio y profetizó acerca del futuro del reino y el desastroso final de Vortigern. Según Geoffrey, los gusanos eran dos dragones, uno rojo y uno blanco; este último, el de los sajones, sale victorioso al principio, pero luego se impone el rojo, símbolo de los britanos.

El episodio del traslado y erección de las gigantescas piedras del círculo sagrado de Stonehenge, en el que Merlín demuestra su magia poderosa, debió de basarse en alguna antiquísima leyenda local. Luego Merlín, envejecido y agorero, se retiró al bosque caledonio, un lance para el que Geoffrey combinó algunos rasgos de la leyenda de un tal Lailoken, que vivió a finales del siglo VI en el sur de Escocia. Esta doble identidad de Merlín ya la advertía un sabio cronista galés. Geraldo de Gales, en su Itinerarium Cambriae, ("Viaje por Gales", de mediados del siglo XII), al señalar que hubo dos merlines, el lamado Ambrosius y el Caledonio o Silvestre, un siglo posterior. El misterioso Myrddin es evocado también en algunos poemas galeses, algunos de ellos tal vez anteriores al texto latino de Geoffrey, como los llamados Manzanos, Saludos, Diálogo entre Myrddin y Taliesin, y otros.
Geoffrey de Monmouth, en la Historia de los reyes de Bretaña, introdujo asimismo a Merlín como el consejero de Uther Pendragon y casi padrino de nacimiento del hijo de Uthr, el futuro rey Arturo. A partir de su relato otros escritores, novelistas corteses que escribían en francés, tomaron su figura para hacer de él el educador y consejero del rey Arturo, el inventor de la Tabla Redonda y el mediador fundamental en la tradición del Santo Grial.


Continúa...

National Geographic Historia Nº50


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