La muerte de Ortnit
Este sueño fue tan profundo que estaba como aletargado, y el ladrido enloquecido de su perro fracasó en despertarlo de este modo él podría prepararse para el sigiloso acecho del gran dragón. El monstruo atrapó al caballero dormido en sus poderosas garras, y lo arrojó contra las rocas hasta que cada hueso en su cuerpo se quebró en pedazos, aunque la armadura mágica permaneció inalterable.
Luego el dragón transportó el cadáver a su guarida, donde los pequeños dragones en vano trataron de desgarrar al caballero para comerse su carne, siendo desanimados por la impenetrable armadura, que no cedería terreno.
Mientras tanto Liebgart ansiosa, esperaba de regreso a su bien amado esposo; pero cuando ella vio a su perro entrar a escondidas al palacio con notable pena, supo que Ortnit estaba muerto, y llevó luto por él con mucho dolor. Como no había dejado heredero que lo sucediera, los nobles pronto se agolparon alrededor de Liebgart, rogándole que se casara con uno de ellos y lo haga a rey de Lombardía; Pero ella continuamente rehusó sus cortejos.
Liebgart destronada
Enojados por su resistencia, los nobles entonces tomaron posesión del tesoro, palacio, y reino, y dejaron a Liebgart tan pobre y completamente despojada, que ella se vio obligada a mantenerse por sí misma hilando y tejiendo. Realizó este trabajo por mucho tiempo, mientras pacientemente esperaba la llegada de un caballero que vengaría la muerte de Ortnit, traería puesto su anillo, reclamaría su mano en matrimonio, y la restituiría a ella a su anterior posición como orgullosa reina de Lombardía.
Leyendas de la Edad Media- Cap. V. - Ciclo Mítico Longobardo- H.A. Guerber
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