La Rebelión de Rosamund
La reina vaciló, pero incitada por las miradas amenazantes de Alboin y su mano levantada para golpearla, ella temblorosa llenó la copa y la llevó a sus labios. Pero entonces, en lugar de humildemente presentarlo a su señor, arrogantemente la arrojó a sus pies, y dejó el vestíbulo, diciendo que ella le había obedecido, y que no lo haría nunca más, mientras viviera como su esposa, -una declaración que los guerreros secretamente aplauden-, pues todos ellos pensaron que su rey había sido injustificadamente cruel con su bella esposa. Mientras Alboin deliberaba cómo podría conciliarse con ella sin hacerse cargo de su agravio, Rosamund llamó a Helmigis, el escudero del rey, y halló que él no ejecutaría las órdenes del rey y mataría a su amo mientras dormía, ella consiguió los servicios del gigante Perideus. Antes de que el asesinato del rey se hiciera conocido por todos, Rosamund y sus adherentes se aseguraron y encubrieron los tesoros de la Corona, porque ella tenía muchos. Los nobles le ordenaron a ella casarse con un hombre como sucesor del rey, quien no había dejado herederos, ella declaró preferir a Helmigis.
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