El libro de las sagas II parte

HISTORIAS DE LA GENTE DE ISLANDIA

-por Alice S. Hoffman "El Libro de las Sagas"
Ilustrado por Gordon Browne

traducción Nottwulfa

Y Unn dijo que deseaba que se celebre el festín nupcial para el final del verano, “porque,” dijo ella, “nuestros amigos vendrán en gran número, y será más fácil conseguir los medios necesarios. Y me he hecho la idea de que éste será el último festín nupcial organizado por mí.”

Y Olaf le agradeció y dijo sólo que aquella mujer con la que se casaría no la despojaría de su riqueza y gobierno. Y Unn escogió a Alfdis como prometida de Olaf. Y ella invitó a muchos para la fiesta. Y allí llegaron Bjorn y Helgi y Koll o ' Dales, como él fue llamado ahora, y muchos otros grandes hombres.

Y fue una costumbre de Unn, ahora que era anciana irse temprano a la cama y quedar en su dormitorio hasta el medio día, y nadie tenía permiso de molestarla en esos momentos. Pero ella no era respetada por aquellos en torno a ella y le consultaban sobre cualquier tema poco importante, y se enfadaba mucho si alguien le preguntaba cómo viajó con esas energías.

Y en el día del festín matrimonial Unn se quedó en su cama algo más tarde de lo usual. Sin embargo, ella estuvo preparada al momento de recibir a sus invitados, y los saludó y también a sus parientes con la mayor cortesía. Y cuándo todos se reunieron, Unn dio un discurso para ellos, como era la costumbre, dándoles las gracias por viajar tan lejos respondiendo a su su pedido. Luego ella los guió hacia el gran vestíbulo, y tomaron sus asientos, y todo el mundo estaba impresionado por la magnificencia de la fiesta que se mostraba ante ellos.

Y Unn se levantó y dijo: “Bjorn y Helgi, mis hermanos, y todos mis demás parientes y amigos, sean testigos de que esta casa con todas sus pertenencias que ahora ven ante de ustedes, las cedo en las manos de mi pariente Olaf, como dueño y administrador.” Y al poco tiempo de haber dicho esto se retiró a su dormitorio a descansar, pero antes de ir ordenó a cada uno hacer lo que más les complacía, y alentó a que la gente celebrara alegremente y a tomar cerveza. Y pasó a lo largo del hall, tan alta y majestuosa, y de paso elegante, de tan gracioso porte que fue el tema de conversación de todos los invitados.

La fiesta duró toda la noche. Y al día siguiente Olaf fue al dormitorio de Unn, y la encontró sentada apoyada en su almohada, pero ella había fallecido. Y todo el mundo se maravilló de la gran dignidad con la cual Unn había llegado a su fin.

Así ocurrió que en la fiesta de matrimonio de Olaf y los honores por el fallecimiento de Unn, se emborracharon todos juntos, y en el último día de la fiesta, Unn fue llevada en una nave, colocada dentro de un montículo, y sepultada, junto a muchos tesoros. Y éste fue el fin de Unn La Sabia.