La Saga de Hedin y Hogni Cap 7

7. La Estafa de Hedin


Se dice que poco después mientras Hogni salió a hacer una incursión, Hedin se quedó, y se encargó de vigilar su reino. Un día Hedin salió a cabalgar por el bosque para divertirse. Hacía buen tiempo ese día. De nuevo se encontró lejos de sus hombres. Llegó a un claro del bosque. Allí vio sentada en una silla a la misma mujer que había visto antes en Serkland, y ella parecía aún más bonita que antes. Una vez más dijo la primer palabra y le habló agradablemente. Le ofreció un cuerno que tenía tapa. El corazón del rey la anhelaba. Ella lo invitó a beber, y el rey estaba sediento porque se tornó caluroso, tomó el cuerno y bebió. Pero cuando él hubo bebido fue alterado extrañamente, porque no recordó nada de lo que había pasado antes. Él se sentó y hablaron juntos. Ella preguntó si él encontró la dureza y la destreza en Hogni como ella le había dicho que sería. Hedin dijo que era cierto, "por allí no fue probada por nosotros ni una sola habilidad en la que él cayera bajo mío y lo contamos como igual." "Pero usted no es igual," dijo ella. "Cómo en qué hecho"? dijo él. "En un hecho como este," dijo ella, "Hogni tiene una reina de gran linaje, pero usted no tiene ninguna esposa en absoluto." Él contesta, "Hogni me daría su hija si yo pregunto, y entonces yo no seré en nada menos distinguido en matrimonio que él." "Su gloria será entonces menor," dijo ella , "si usted pide casarse en la familia de Hogni. Sería mejor si, como usted dice, no está corto en valentía o dureza llevarse a Hild y matar a la reina de la siguiente manera : llevándola y dejándola delante de la proa de la nave dragón, y permitiendo que se parta en dos cuando se lance”. Hedin se dejó seducir así en el mal y se olvidó de aquella cerveza inglesa que él había bebido, no vio ninguna otra alternativa, y nunca entró en su mente que él y Hogni eran hermanos jurados. Entonces partieron, y Hedin fue con sus hombres. Era a fines del verano. Hedin pone a sus hombres a trabajar y acondiciona la nave dragón, como él dijo, quería ir a casa a Serkland. Cuando esto pasó fue a la habitación y tomó a Hild y a la reina, una en cada brazo, y salió con ellas. Sus hombres tomaron las ropas y tesoros de Hild. No hubo nadie en el reino que se atreviera a desafiar a Hedin y a sus hombres, ya que él se veía temerario. Hild le preguntó por lo que él planeaba hacer y él le contó. Ella le pidió que no lo hiciera, "porque mi padre me entregará a usted si sólo le pregunta." "Yo no quiero hacer eso," dijo Hedin, "pedirle." "Aún así," dijo, ella "aunque nada lo disuada de llevarme, todavía mi padre lo perdonará, mientras no haga semejante mal y cosa de poco hombre como causarle la muerte a mi madre, porque entonces mi padre nunca lo perdonará. Y esto es tal como en mis sueños: usted luchará y nos matará. Pero las cosas aún más horrendas están por pasar, y me traerá gran pesar si veo que mi padre está sujeto a dañar y a poderosos hechizos, y me entristece verlo igual actuando bajo tal rencor." Hedin dijo que a él lo tenía sin cuidado lo que podría pasar, y dijo que él haría lo que él dijo exactamente que haría. "Usted no puede hacer nada sobre eso ahora," dijo Hild, "porque no está bajo su propio control." Así Hedin fue a la playa. Entonces la nave dragón fue lanzada. Él empujó a la reina hacia abajo delante de la proa. Ella perdió su vida allí, y Hedin se paseó sobre la nave. Y cuando todo está acondicionado y listo para salir, él se siente ansioso de llegar a tierra a ese lugar donde había estado antes y por ir a la playa solo y a ese mismo bosque .Y cuando él dio unos pasos en el claro del bosque, allí vio a Gondul sentada en su silla. Ellos intercambiaron un saludo amistoso. Hedin le contó sus hechos.Ella se puso contenta con esto. Tenía el cuerno que antes había usado, y lo invitó a beber de él. Él lo tomó y bebió. Y cuando él hubo bebido, el sueño se apoderó de él y se hundió en su regazo. Y cuando él estaba dormido, ella deslizó su cabeza fuera y dijo, "Ahora con mi poder yo lo obligo bajo todos esos términos y condiciones que Odin decretó y lo maldigo con estos hechizos, a usted y a Hogni, y a todos sus hombres." Entonces Hedin se despertó y vio un atisbo de Gondul, ahora ella parecía oscura y grande. Hedin recordó todo ahora, su infortunio era demasiado, y pensó en irse lejos hacia alguna parte en la que él no tuviera que oírse culpable todos los días por sus malvados hechos. Él va hacia su nave, rápidamente deshace el amarre, un viento justo está soplando a favor de las velas para salir fuera de allí con Hild.

continúa: Capítulo VIII

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