En las sagas se encuentran historias de batallas en túmulos funerarios u otros lugares bajo tierra, como el cuento de Zorsteinn Uxafótre en el Flateyjabók. Debajo de un montículo, cuyo interior es semejante a una mansión, doce hombres malos y negros pelean con doce blancos vestidos de encarnado. A pesar de recibir heridas mortals, los contendientes se incorporan y reanudan la pelea.
Otro relato de guerreros muertos y mutilados que se levantan para reñir de nuevo se halla en Bárdar saga Snaefellsáss XX. Y aún podríamos aducir otros muchos ejemplos, que harían excesivamente largo este capítulo pues el tema, casi inagotable, influyó obras literarias y cuentos infantiles.
Al parecer, la relación entre la batalla perpetua y el túmulo funerario, el subterráneo o el infierno fue probablemente la concepción primitiva. La batalla no es de origen nórdico; Panzer ha insinuado la posibilidad de que fuese celta. La Muerte de Muircertach Mac Erca, relato irlandés, ofrece singulares semejanzas con la narración del Grímnismál. Sin, una mujer estrechamente relacionada con un montículo encantado, que hace gala de sus poderes mágicos evocando a dos cadáveres de guerreros, que se hieren y se matan mutuamente, y luego resucitan y comen los manjares embrujados que Sin prepara. El condumio consiste en vino hecho de agua y cerdo fabricado con hojas de helecho; Sin promete entregarles "siempre la misma cantidad". En el galés Mabinogion se encuentran variantes de la batalla perdurable en los cuentos de Kulhwch y Olwen y Branwen la hija de Llyr. En el poema medieval inglés Sir Gawayne y el Caballero Verde (que deriva principalmente de fuentes celtas) cabe encontrar, en mi opinión, una variante de esta batalla en el episodio del caballero decapitado que se incorpora para devolver el tajo que debió matarle. Es curioso que el caballero esté relacionado con una "Capilla Verde", cuya descripción permite reconocerla, sin apenas lugar a dudas, como un antiguo túmulo sepulcral.
Creemos pues, que, en el mito nórdico, la historia de la batalla perdurable evolucionó como sigue: hay, ante todo, riña entre hombres muertos en un montículo funerario, y en segundo término existe una mujer, la resucitadora de los cadáveres; más tarde, la historia se relaciona con los dioses, por medio de una mujer que se identifica con lo que habrán de ser las Valkirias del Edda en Prosa, mujer cuyo nombre también recuerda al de las mismas: Skuld ( en la Hrólfs saga Kraka), Hildr y Göndul (en el relato de Hyadning). El postrer desarrollo aleja la batalla del túmulo o del infierno y la transporta al Walhalla y Asgard, trocando la bruja resucitadora en una majestuosa seleccionadora de héroes. Los guerreros se relacionan con la última y la terrible batalla que empezará en el día de Ragnarök, tal vez porque es constante,y, desde luego, porque los combatientes que participan se identifican con los Einheryar o Muertos Elegidos.
Imagen: fotograma de LOTR
Otro relato de guerreros muertos y mutilados que se levantan para reñir de nuevo se halla en Bárdar saga Snaefellsáss XX. Y aún podríamos aducir otros muchos ejemplos, que harían excesivamente largo este capítulo pues el tema, casi inagotable, influyó obras literarias y cuentos infantiles.
Al parecer, la relación entre la batalla perpetua y el túmulo funerario, el subterráneo o el infierno fue probablemente la concepción primitiva. La batalla no es de origen nórdico; Panzer ha insinuado la posibilidad de que fuese celta. La Muerte de Muircertach Mac Erca, relato irlandés, ofrece singulares semejanzas con la narración del Grímnismál. Sin, una mujer estrechamente relacionada con un montículo encantado, que hace gala de sus poderes mágicos evocando a dos cadáveres de guerreros, que se hieren y se matan mutuamente, y luego resucitan y comen los manjares embrujados que Sin prepara. El condumio consiste en vino hecho de agua y cerdo fabricado con hojas de helecho; Sin promete entregarles "siempre la misma cantidad". En el galés Mabinogion se encuentran variantes de la batalla perdurable en los cuentos de Kulhwch y Olwen y Branwen la hija de Llyr. En el poema medieval inglés Sir Gawayne y el Caballero Verde (que deriva principalmente de fuentes celtas) cabe encontrar, en mi opinión, una variante de esta batalla en el episodio del caballero decapitado que se incorpora para devolver el tajo que debió matarle. Es curioso que el caballero esté relacionado con una "Capilla Verde", cuya descripción permite reconocerla, sin apenas lugar a dudas, como un antiguo túmulo sepulcral.
Creemos pues, que, en el mito nórdico, la historia de la batalla perdurable evolucionó como sigue: hay, ante todo, riña entre hombres muertos en un montículo funerario, y en segundo término existe una mujer, la resucitadora de los cadáveres; más tarde, la historia se relaciona con los dioses, por medio de una mujer que se identifica con lo que habrán de ser las Valkirias del Edda en Prosa, mujer cuyo nombre también recuerda al de las mismas: Skuld ( en la Hrólfs saga Kraka), Hildr y Göndul (en el relato de Hyadning). El postrer desarrollo aleja la batalla del túmulo o del infierno y la transporta al Walhalla y Asgard, trocando la bruja resucitadora en una majestuosa seleccionadora de héroes. Los guerreros se relacionan con la última y la terrible batalla que empezará en el día de Ragnarök, tal vez porque es constante,y, desde luego, porque los combatientes que participan se identifican con los Einheryar o Muertos Elegidos.
Imagen: fotograma de LOTR
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