La saga de Einar Sokkason

La saga de Einar Sokkason
Cuando el rey de Noruega, Sigurd Jorsalfar ("el cruzado"; Jorsalaland era el nombre que los noruegos daban a Jerusalén), propuso en 1124 a un sacerdote de nombre Arnald que éste viajara a Groenlandia como su primer obispo residente, Arnald se excusó intensa y prolijamente. Entre sus excusas se incluía la queja de que los groenlandeses eran "gente turbulenta y de mal temperamento", a lo que se dice que el rey respondió: "Cuanto más grandes sean vuestras penas y tribulaciones, mayores serían asimismo vuestro mérito y recompensa." (Sin aclarar si en esta vida o en la futura.) Arnald acabó aceptando bajo la condición de que Einar Sokkason, el hijo de uno de los jefes más respetados de Groenlandia (y que había viajado desde tan lejanas tierras con el presente de un oso polar vivo para el rey Sigurd), jurara defenderle tanto a él como a las propiedades de la Iglesia en Groenlandia y ampararle frente a sus enemigos. Como se relata en el resumen de la Saga de Einar Sokkason a continuación transcrito, Arnald acabó envuelto en las tradicionales y violentas disputas groenlandesas, pero se comportó de manera tan sagaz que el resto de los litigantes (incluyendo incluso a Einar Sokkason) acabarían por eliminarse los unos a los otros, mientras él mismo mantuvo tanto su vida como su autoridad. Estando de caza con 14 amigos, Sigurd Njalsson halló un barco encallado repleto de valiosas mercancías. En una choza cercana se encontraban los cadáveres en descomposición de los tripulantes y de Arnbjorn, su capitán, quienes habían muerto de hambre. Sigurd envió los huesos de los fallecidos a la catedral de Gardar para su entierro y el barco lo donó al obispo Arnald en beneficio de las almas de los marinos. En cuanto a la carga, se atribuyó derechos de rescate, dividiéndola entre sus amigos y él mismo. Cuando Ozur, sobrino de Arnbjorn, oyó tales nuevas, acudió a Gardar junto con los parientes de otros miembros de la tripulación. Argumentaron ante el obispo sus derechos a la propiedad de las mercancías; pero el obispo les respondió que las leyes de Groenlandia trataban claramente el caso de rescate de pecios, que el propio barco pertenecía ahora a la iglesia para pagar misas por los marinos fallecidos y que toda aquella reclamación no resultaba muy elegante por su parte. De manera que Ozur presentó una petición ante la Asamblea de Groenlandia, asamblea a la que acudieron no sólo Ozur y todos sus hombres, sino también el obispo Arnald, su amigo Einar Sokkason y muchos de sus seguidores. El tribunal sentenció en contra de Ozur, quien se sintió tan disgustado y humillado por la decisión que echó a perder el barco de Sigurd (perteneciente ahora al obispo Arnald) arrancándole varias planchas de madera de sus costados. Tal conducta encolerizó tanto al obispo que éste puso precio a la cabeza de Ozur. Más adelante, durante una misa oficiada por Arnald, Ozur, que estaba presente entre la congregación, se quejó ante el sirviente del obispo sobre lo mal que éste le había tratado. Einar tomó entonces el hacha de la mano de otro asistente a la ceremonia, asestando a Ozur un golpe de muerte. El obispo preguntó a Einar "Einar, ¿has causado tú la muerte de este hombre?" "Ciertamente", respondió Einar, "así lo he hecho", a lo que respondió el obispo: "Tales actos de muerte no son correctos; pero éste en particular no carece de justificación." Arnald rehusó conceder a Ozur un entierro religioso, pero Einar le anunció que se preparaban problemas. De hecho, Simon, pariente de Ozur y un hombre grande y fuerte, se manifestó en el sentido de que había pasado la hora de las palabras. Reunió a sus amigos, Kolbein Thorljotsson, Keitel Kalfsson y muchos otros del Asentamiento Occidental. Asimismo, un anciano de nombre Sokki Thorisson se ofreció como mediador entre Simon y Einar. Como compensación por la muerte de Ozur, Einar ofreció diversos artículos, entre ellos una antigua armadura, que Simon rechazó como mera chatarra. Kolbein se deslizó tras Einar y le golpeó entre los hombros con su hacha, justo en el momento en que Einar blandía su propia arma contra la cabeza de Simon. Simon y Einar cayeron a un tiempo, heridos de muerte, y Einar dijo: "No me esperaba nada diferente.""Ehermano de leche de Einar, Thord, atacó entonces a Kolbein, pero éste acabó también con él, clavándole el hacha en la garganta. Los hombres de Einar y los de Kolbein se enzarzaron entonces en una batalla campal. Un tal Steingrim les demandó que cesaran tal locura, pero ambos bandos se encontraban tan desesperados que Steingrim acabó atravesado por una espada. En el bando de Kolbein acabaron muertos Krak, Thorir y Vighat, así como Simon. Entre los partidarios de Einar, Bjorn, Thorarin, Thord y Thorfinn hallaron la muerte, así como el propio Einar y Steingrim, a quien se contaba como miembro de su facción. Muchos hombres acabaron malheridos. En una conferencia de paz organizada por un granjero sensato, de nombre Hall, se ordenó a la facción de Kolbein el pago de compensaciones, ya que la facción de Einar había perdido más hombres. Aún así, los amigos de Einar quedaron grandemente disgustados por el veredicto. Kolbein partió para Noruega con un oso polar como presente para el rey Harald Gilli, quejándose aún de lo cruelmente que había sido tratado. El rey Harald consideró que las palabras de Kolbein no eran sino una sarta de mentiras y rehusó el pago de recompensa alguna por el oso blanco. Kolbein atacó entonces al rey, hiriéndolo, y partió para Dinamarca, pero naufragó en el camino, ahogándose. ...Y así termina esta saga.




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