Uno de los mitos repetidos es el del lobo que devora a Odín. Algunos editores desacreditan a Snorri, pretendiendo que el poeta del Völuspá refinó el mito al ignorar el fin de Odín y al relatar que Vídarr traspasa al Lobo para vengar a su padre, mientras que Snorri dice que desquijara a la bestia. Mas la muerte por la espada, estamos persuadidos de ello, no tenía parte en la narración original, porque había una razón de peso para que el Lobo fuese desgarrado: así saldría lo tragado, como sucede en la versión folklórica del mito, o sea en La Caperucita Roja. Insistimos en que el mito del lobo devorador está repetido y proponemos cuatro historias principales: el lobo Skoll
devora el sol: el lobo Háti devora la luna; el Lobo Fenrir devora a Odín, y el can infernal Gamr mata a Tyr.
En el caso de Skoll y Háti, el incidente central es la expoliación del cielo; en el de Tyr hemos indicado ya el mito de su tropiezo con Fenrir, en el que perdió la mano, concluyendo que Tyr representa a *Dyevs, el Dios del Cielo Indoeuropeo. Nada se opone a que la destrucción de Tyr por Gamr concierna también a Tyr como *Dyevs; y del mismo modo, Odín, engullido por el Lobo Fenrir, no es Odín- Vâta, el antiguo dios del viento, sino Odín=Tyr=*Dyevs. Dicho de otra suerte, todas estas manifestaciones se refieren a un único mito primitivo, que versa sobre la temporal desaparición del Padre del Cielo, debida a que una bestia lo traga, y sobre su reaparición o rehabilitación, que “explican” algunos relatos como el Vídarr.
Se ha intentado muchas veces interpretar esta extraña historia, con poco éxito. Las teorías de los mitos solares han periclitado en la actualidad, pero rogamos al lector que no olvide la posibilidad de que el presente sea una explicación del nacimiento y el ocaso diario del sol, de nubes tormentosas que lo cubran, de un eclipse soplar o de una justificación nórdica que “explique” la prolongada oscuridad del invierno ártico o subártico. Sea lo que fuere, el mito de la desaparición de Odín en las fauces del Lobo se remonta a la edad indoeuropea, lo mismo que el del regreso del devorado, que existió en la época vikinga, ya veremos cuán extrañamente alterado.
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